Os traemos un nuevo caso de éxito, en esta ocasión, se trata de un procedimiento contencioso administrativo en el que conseguimos que se decretara la nulidad de dos expedientes sancionadores de tráfico impuestos a nuestro cliente por la Ertzaina.

Cabe indicar que, estos procedimientos suelen ser difíciles, en cuanto que exigen desvirtuar la presunción de veracidad de los agentes.

Os explicamos un poco el caso concreto: una madrugada, cuando mi cliente salía de trabajar y se dirigía a su domicilio, tuvo un pequeño percance en la carretera, que no le impidió seguir circulando, y de hecho, llegó hasta su casa sin problema. Unas horas más tarde, la Ertzaina se persona en su casa (sin saber cómo llegaron hasta allí) y le realizan un test de alcohol y drogas con resultado negativo.

Su sorpresa llega cuando, unos días más tarde, recibe en su casa notificación de hasta cuatro expedientes sancionadores, todos ellos con una diferencia de pocos minutos entre sí y en puntos kilométricos diferentes, por varios hechos distintos.

De esos cuatro expedientes sancionadores, se aceptaron y pagaron dos, relativos al pequeño siniestro que había sufrido; pero impugnamos los otros dos, ya que no se correspondían con infracciones realmente cometidas por mi cliente, y no eran coherentes con las anteriores, puesto que le situaban en un punto kilométrico diferente a las otras dos, en la misma hora, lo que, obviamente es imposible.

Además, no entendíamos como, a pesar de que la Ertzaina le hubiera localizado en su casa, no había procedido a la notificación de los expedientes, más cuando, en los expedientes sancionadores, indicaban que la notificación había sido imposible, ya que ellos se encontraban en un control estático.

Lo del control estático, también quedó desvirtuado en el acto de la vista, puesto que el Ertzaina reconoció que habían salido tras de él, pero éste se había dado a la fuga (según los agentes, con un vehículo siniestrado que iba perdiendo piezas, llegando a asegurar que había perdido hasta la rueda).

Así, eran muchas las incoherencias y contradicciones de las que adolecía el expediente sancionador y que, se pusieron aún más de manifiesto con la testifical del agente en el acto del juicio.

Todo ello, como decimos, conllevó a una sentencia por la que se anulaban las multas de mi cliente, se le devolvían los puntos que en su día le retiraron y se condenaba en costas a la Administración (TODO UN ÉXITO).

OS DEJAMOS COPIA A LA SENTENCIA.- SENTENCIA MULTAS ESTIMATORIA